Hagamos lo que podamos, aunque sea algo insignificante.
Es el momento de empezar a prevenir el calentamiento global.
Hagamos lo que podamos, aunque sea algo insignificante.
Es el momento de empezar a prevenir el calentamiento global.
Ahora, todos estamos unidos luchando contra la pandemia del Covid-19.
Esta "batalla" nos ha enseñado, una vez más, el valor de la vida
y la necesidad de cooperar a nivel global cuando nos enfrentamos a una crisis.
En medio de esta situación, nos hemos dado cuenta de algunas cosas importantes.
Una de ellas es que los peligros contra la humanidad están ahí,
escondidos, junto a nosotros, esperando la oportunidad.
Otra es que somos capaces de luchar contra esta crisis global,
si colaboramos juntos.
Y la última es que vivimos
en un mundo finito,
no en un mundo con posibilidades ilimitadas.
Queríamos ver a alguien, pero no pudimos.
Queríamos ir a algún sitio, pero no pudimos.
Algunos enfermos se pusieron aún más graves por no poder ir al hospital.
Nuestra vida cambió.
Fuimos adaptando conscientemente nuestras vidas
y nuestra manera de pensar,
mientras que se imponían restricciones de movimiento
que limitaban nuestra libertad.
En mi opinión, esa misma adaptación ha de aplicase en las empresas.
A lo largo de la pandemia he sentido, cada vez con más fuerza, la sensación de crisis
o preocupación de que las empresas que la gente no necesita van a desaparecer.
A lo mejor esta pandemia ha sido una advertencia dirigida a nosotros,
que nos avisa:
Si seguís maltratando la Tierra, vais a ser castigados.
El mundo necesitaba un cambio.
Y precisamente en ese momento, se produjo la pandemia.
Vivimos en un mundo finito.
Ya no podemos permanecer indiferentes al hecho
de que nuestra Tierra está sufriendo.
Es hora de mostrar nuestras convicciones y actuar de alguna manera.
Una de ellas es la prevención del calentamiento global.
Me sentía muy incómoda al tirar la basura no inflamable.
Esa sensación fue cada vez más fuerte.
El otro día oí que todo se puede reciclar.
Al saber que podemos convertir la basura en un recurso
en vez de tirarla, se me iluminó la mente.
Cuando estamos en la naturaleza, podemos comprender la importancia de la tierra,
la necesidad del sol y la lluvia; algo que no percibimos así a través de una simple expresión escrita.
Sentimos que algo imprescindible para nosotros está ahí presente.
Realmente podemos sentirnos agradecidos.
Nuestra empresa se distingue por haber usado siempre botellas de vidrio.
Toda la industria de bebidas ha venido luchando contra las
consecuencias que provoca el problema del microplástico.
Ahora, es el momento de convertir nuestra preocupación
en una acción efectiva.
La naturaleza es lo que nos mantiene vivos.
Y no al revés.
La naturaleza es frágil y, una vez destrozada, ya no hay vuelta atrás.
La naturaleza está por encima de nosotros, pero la estamos destruyendo.
Cada verano, el clima de Japón se está volviendo más subtropical.
Podrá comprobarlo fácilmente si está en el centro de Tokio.
Estamos abrumados por algo enorme e irresistible,
y nuestro entorno se está destruyendo.
Si no actuamos ahora contra el calentamiento global,
la Tierra sufrirá daños irreparables.
Ignorar el calentamiento global es
como cortar la base de la rama en la que estamos.
Esa rama se romperá algún día y nos caeremos.
Y ¿qué nos pasará después?
Todo lo que tenemos es la Tierra.
Todavía hay tiempo.
Este es el momento.
Ahora o nunca.
Empecemos a combatir el calentamiento global.
Hagamos lo que podamos, aunque sea algo insignificante.
Juntos, podemos hacer un gran cambio.
Mina Ishiwatari
Presidenta y CEO
Hoppy Beverage Co., Ltd.