En el artículo anterior, explicamos que la levadura excedente de Hoppy se utiliza como parte del alimento para cerdos, pero esta levadura también tiene otro uso, que es el de la generación de electricidad. La planta de biogás de Hamura, situada dentro del Centro de Reciclaje de Nishitokyo (Tokio), produce electricidad utilizando los residuos orgánicos que se transportan desde las fábricas de alimentos o supermercados.

Lo que se recibe aquí incluye residuos producidos en los procesos de fabricación, alimentos caducados, partes sobrantes de alimentos de los supermercados o productos desechados de inventarios. Aunque algunos están empaquetados, los envases y su contenido se separan automáticamente durante el proceso de pretratamiento, y solo el contenido se envía al tanque de fermentación, junto con la levadura excedente de la fabricación de Hoppy. Dentro de este gran tanque de fermentación cerrado, la fermentación progresa mediante una tecnología especial y genera gas metano. Este gas se envía a un gran motor, similar al que se utiliza en barcos, donde se quema para hacer funcionar los generadores eléctricos, y así producir energía eléctrica.

La electricidad generada aquí es de unos 8,5 millones de kWh al año, que equivale al consumo anual de electricidad de unos 1.550 hogares. Además, después de completar la fermentación, y una vez que se ha eliminado la humedad, los residuos se convierten en compost orgánico. Este compost orgánico es de alta calidad y se utiliza como fertilizante en cultivos agrícolas.

Hasta ahora, la gestión de los residuos orgánicos se llevó a cabo, principalmente, en las instalaciones de limpieza de cada municipio. Sin embargo, los residuos orgánicos, que contienen mucha humedad, requieren un gran trabajo del incinerador y generan problemas por el alto consumo de combustible. El uso de residuos orgánicos en la generación de biogás reduce este consumo en las instalaciones de limpieza. Además, los residuos que quedan después de generar electricidad se convierten en compost orgánico y se utilizan como fertilizante para cultivos de vegetales, contribuyendo así a la creación de una sociedad circular.

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El exceso de levadura también ayuda a producir biogás.