Todos los días comemos. Por eso, si hacemos la comida de manera ecológica, será más efectivo a la hora de ahorrar energía. Hagamos comida ecológica. Pensemos en qué podríamos hacer.

Consumir los alimentos sin desperdiciar nada es ecológico. Por ejemplo, el tallo de un brécol: cortamos el tallo en rodajas finas y lo calentamos en el microondas. Después, lo mezclamos con aceite de sésamo picante y caldo de pollo. Es un plato que sabe como si fuese zha cai en escabeche. La parte que antes se desperdiciaba se convierte en un plato rico.

Revisar lo que tenemos en la nevera y consumir aquellos alimentos que caducan pronto. Luego, buscamos recetas con esos alimentos por internet y compramos solo lo que necesitamos. Es otro truco para consumir alimentos sin desperdiciar nada.

Dicen que comer alimentos fuera de temporada es un lujo y exquisito, pero si preguntamos a 100 cocineros cuándo se come mejor un alimento, contestarán todos lo mismo: los alimentos de temporada son los más ricos. Tendrán razón. Los alimentos de temporada son más baratos porque su producción es mayor, y es altamente nutritivo. Y, sobre todo, no se usa energía innecesaria para cultivar. Disfrutemos los alimentos de temporada.

También es ecológico no dejar sobras. Si sobra un poco de curry, ponemos arroz en un recipiente resistente al calor y echamos el curry encima. Colocamos queso para fundir y metemos el recipiente en el horno. Ya tenemos arroz gratinado con curry. Es bueno acompañarlo con Hoppy.

Hay un concepto que es "millas de alimentos". Cuando se transportan alimentos desde zonas lejanas en camiones, se emite gran cantidad de dióxido de carbono y óxido de nitrógeno. Este concepto trata en elegir productos que tengan un menor impacto ambiental en este sentido. Consumir productos locales, es decir, el consumo local, es mejor desde el punto de vista del concepto "millas de alimentos". Además, si son alimentos cosechados cerca, serán más frescos.

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Hagamos comida ecológica.