Si usted configura el aire acondicionado con altas temperaturas en invierno y bajas en verano, es posible que sea sensible al frío. En la medicina oriental, sentir el cuerpo frío se considera como una "enfermedad presintomática", es decir, es una situación que puede dar paso a la aparición de enfermedades. Cuando tenemos poco músculo, el metabolismo se ralentiza y el cuerpo se enfría fácilmente. Incluso en verano una persona sensible al frío no suda porque no regula bien la temperatura corporal, por lo que le aumenta el riesgo de sufrir un golpe de calor.

Para mejorar esa predisposición fría del cuerpo, lo mejor es hacer ejercicio. Cuando mejora el metabolismo, la temperatura corporal también sube automáticamente. En especial, si fortalecemos el núcleo del cuerpo, es decir, los músculos profundos (musculatura interna del cuerpo), ganamos músculo, lo que aumenta el metabolismo y también podemos adelgazar.

El yoga fortalece los músculos profundos del cuerpo. Como es un ejercicio que hace mover lentamente el cuerpo, tiene el mismo efecto que los estiramientos, lo que activa la circulación de sangre y calienta el cuerpo por dentro.

Si queremos hacer ejercicio de manera tranquila, se recomiendan caminar, montar en bicicleta y correr. Caminar es un ejercicio en el que actúa todo el cuerpo. Será más eficaz si movemos bien el cuerpo entero, centrándonos en la parte trasera de las piernas o en el abdomen. Aunque no tengamos tiempo para hacer ejercicio, podemos incluir algunos en nuestra vida diaria como, por ejemplo, bajar en una estación antes y andar desde allí o no usar el ascensor o las escaleras mecánicas sino subir y bajar por las escaleras. Dicen que caminar por las mañanas es especialmente bueno para mejorar la predisposición al frío del cuerpo, ya que la temperatura corporal por las mañanas es baja, pero caminar hace que suba.

Es importante fortalecer el cuerpo para mejorar la constitución, pero ¿qué hacemos cuando aún tenemos frío? En ese caso, podemos calentar el cuerpo de manera ecológica. La clave es calentar el cuello, muñecas o tobillos. Intentemos ponernos guantes que lleguen hasta las muñecas, calentadores de piernas o botas para los tobillos y bufanda, pañuelos o bragas para el cuello, y así evitemos que se queden frías estas partes. Además de eso, si tenemos una manta, podemos pasar el invierno sin subir demasiado la temperatura de la calefacción.

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Consigamos obtener un cuerpo "ecológico".